¡Disciplinar es enseñar antes que todo!

Es interesante observar las caras de los padres, en cada encuentro de aprendizaje familiar-escolar, cuando les pregunto, Y usted, ¿Reniega cuando corrige a su hijo? Pues algunos se desahogan en ese instante, y lo cierto es que hemos asociado la palabra disciplina con gritos/golpes o molestias constantes. Porque la salida más fácil es gritar: ¡Ya te dije que no hagas eso!, ¡Avanza, eres un flojo!, ¡Quejas, nada más recibo de ti! Exacto, no solo no sabemos controlar nuestras emociones, sino que herimos e instalamos conceptos en nuestros hijos que afectan su autoestima. Y ellos reaccionan de diferente manera, algunos empiezan a pelear en el colegio, o se vuelven callados, les golpean y no piden ayuda, se desmotivan académicamente, etc. Y seguimos gritándolos, y seguimos golpeándolos, pensando "Este chiquito ya no tiene remedio"... Es un círculo vicioso tóxico, que viven muchos hogares de nuestra región. En primer lugar, disciplina significa enseñar, no corregir. Tan ...