¡No sé cómo llegué a tener tanto pánico a engordar!


Inspirado en mi hermosa pacientita Camila.

Con la pandemia, la virtualidad ha conseguido ser protagonista de tantas cosas. Y es lamentable entender como funcionan éstas, de un tiempo acá.

La cultura de la delgadez, es aplaudida y admirada cada día más en redes sociales, y sumado a padres ausentes que estan trabajando, la mayoria del tiempo, los adolescentes se han refugiado mas que nunca en el mundo virtual; aqui podrán encontrar entretenimiento, información, diversión y aceptación.


No es pues admirable, escuchar que los adolescente juegan, se enamoran y forman grandes lazos de amistad por medio de redes sociales, supliendo muchas veces actividades presenciales, que además para terminar de agravar la situación, se mentienen restringidas hoy, a causa del coronavirus.

Es por eso que cada vez es más importante para ellos, mostrar una realidad de "belleza" y "delgadez" que es aplaudida en el mundo virtual con miles de likes, reacciones y comentarios halagadores, que hacen deseable estar delgada (o) para sentirse bien.


En este sentido, hace varios meses ya, que los problemas de alimentación durante la adolescenia han venido en aumento, de cada 10 adolescentes mujeres, 6 tienen problemas de aceptación corporal, por comparaciones con estandares de belleza, adulados en internet. De a pocos ésta preocupación va apoderandose del adolescente, quien a merced de la red empiezan a desear estar delgada (o), evitando comer lo suficiente, haciendo dietas restrictivas, usando laxantes, induciéndo el vómito o psicoseándose con la cantidad de calorías de cada producto que consume. Pasan varios meses hasta que los padres puedan, darse cuenta que algo pasa con su adolescente, quien de pronto ya no quiere comer y además usa ropa grande para ocultar su cuerpo, ha reducido sus socialbilidad, y pasa demasiado tiempo en el celular.


¿Qué está pasando?

Cuando hablamos de alteraciones de la conducta alimentaria, nos referimos a la modificación o evitación del cosumo de alimentos por preocupaciones psicosociales, que llevan a la persona a evitar comer y bajar de peso. El problema se acrecenta cuando estas restricciones alimentarias, se asocian a problemas de salud, como anemia, gastritis, colitis, baja de energía, desmayos, entre otros. 

El adolescente tiene miedo engodar, porque ha aprendido en redes sociales que hay que estar delgado para ser aplaudido y adulado, para sentirse bello (a) y tener amigos; y el vacío emocional de unos padres ausentes, negligentes o violentos, van a crear una necesidad de afecto no cubierta, que encajará perfectamente en ésta decisión de buscar la aceptación y refuerzo social en la red.

Es pues común, escucharlos decir "tengo miedo engordar", "no quiero ser gorda, sería horribe y nadie me qerría". Todos estos pensamientos distorsionados, van a generar emociones muy intensas como el miedo, la culpa, y la preocupación excesiva por el peso, condicionado ésto ultimo a la aceptación social.

Entonces el trabajo siempre va a empezar por una reestructuración cognitiva, un abordamiento de la gestión emocional, mucho énfasis en la autoetima, entrenamiento de habilidades sociales y no menos importante, la psicoeducación familiar.

No se trata de manejar el problema sólo en casa, es importante, buscar ayuda profesional y evitar obligar a los adolescentes a comer porque solo generaremos hábitos de inducción de vómitos por la culpa de haber comido, más ansiedad por la presión familiar y por ende el problema empeora.


El tratamiento incluso se lleva de forma interdisciplinaria, con nutrición y psiquiatría, para poder fomentar habitos de alimentación saludables y controlar estados emocionales intensos que interfieran con la recuperación del paciente.


La lucha por comer

Aunque no lo crean, ésto es una lucha terrible, entre el pánico a engordar y ser rechazado; y el comer porque empiezan a tener problemas de salud fisica, mental o por presión familiar. Las ideas distorsionadas de su cuerpo, de la realidad y la felicidad, cada vez se hacen mas fuertes, y el enfermarse o decaer, les genera preocupación, y aún así por el miedo intenso no pueden comer, sintiéndose culpables, y queriendo huir de su realidad. El adolescente con problemas de alimentación sufre, y las situaciones estresantes pueden generar crisis de ansiedad en donde come demasiado y luego se inducen el vómito para no engordar o usa laxantes. 
Éste ciclo puede ser sin fin. Por eso es importante buscar ayuda a tiempo.


Los adolescentes intentan refugiarse en su sueño, estudios, pareja, muy pocos acuden a sus padres o hermanos, debido a que los primeros están trabajando y con los segundos por lo general no se llevan bien. Los hogares disfuncionales anclan el trabajo psicoterapéutico, por ello la importancia de sensibilizar a la familia y educarla en como tratar a su adolescente.

Finalmente, y después de un arduo trabajo, el adolescente podrá manejar mejores ideas de si mismo, de su cuerpo y la realidad, generando emociones mas positivas, y menos paralizantes; pero éste tramo puede ser largo, con recaídas y tropiezos, por ello es  importante promover habitos saludables de ejercicios, planes de alimentación personalizados y afrontamiento al estrés efectivo para el o la paciente.



Éste artículo, está inspirado en la historia de Camila, una adolescente que está superando su alteración de conducta alimentaria, y está en proceso de amarse tal como es, con un concepto sano de si misma, que ya no dependa de como se ve; está también aprendiendo a defenderse de la violencia dentro de su mismo hogar. No sabes lo orgullosa que estoy de ti, por esos pequeños grandes pasos, y apuesto lo que quieras, a que en un tiempo no muy lejano, no serás ni rastro de lo que fuiste hace algún tiempo.

Seguiremos adelante. Y recuerda:


Psic. Angelita Cruzado Cruzado
Contacto: +51959952662




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